El reequilibrio de carteras es una táctica muy utilizada por muchos inversores de renombre y está estrechamente relacionada con la estrategia de comprar y mantener. Crear una cartera y olvidarse de ella hasta la jubilación no es la mejor forma de invertir. Requiere revisiones y ajustes periódicos para garantizar que los objetivos financieros siguen su curso. Un aspecto fundamental de este mantenimiento es el reequilibrio de la cartera, una práctica que a menudo se pasa por alto pero que es esencial para el éxito a largo plazo.
El reequilibrio de carteras es el proceso de reajustar sus inversiones para mantener el nivel deseado de riesgo y rentabilidad. A medida que el valor de sus inversiones fluctúa, la asignación de activos de su cartera puede cambiar con respecto a su plan original. Por ejemplo, si tenía previsto mantener un 80% de acciones y un 20% de bonos, pero los movimientos del mercado lo cambian a un 85% de acciones y un 15% de bonos, el reequilibrio implica la venta de algunas acciones y la compra de más bonos para volver a la asignación original.
¿Por qué es necesario? En primer lugar, el reequilibrio mantiene controlado el riesgo de su cartera. Sin él, su asignación podría inclinarse hacia activos de mayor riesgo con el tiempo, lo que podría hacer descarrilar sus objetivos financieros. En segundo lugar, el reequilibrio puede mejorar la rentabilidad, especialmente cuando ajusta clases de activos con rentabilidades esperadas similares a largo plazo.
Además de comprender la importancia de reequilibrar la cartera, es importante explorar diferentes estrategias para hacerlo de forma eficaz:
Reequilibrio del rango porcentual: Esto implica establecer un nivel de tolerancia, como el 5%, para las desviaciones de las clases de activos respecto a sus ponderaciones objetivo. La tolerancia puede variar en función de la tolerancia al riesgo del inversor y de su compromiso con el mantenimiento de la asignación de la cartera.
Reequilibrio temporal: Los inversores pueden elegir reequilibrar su cartera según un calendario predeterminado, como anual, trimestral o semestralmente. Aunque no existe un enfoque único, los reajustes menos frecuentes pueden dar lugar a mayores asignaciones y rendimientos de la renta variable, aunque con una mayor volatilidad.
Asignación de nuevos fondos: Añadir capital fresco a clases de activos infraponderadas ayuda a reequilibrar la cartera a su asignación original.
Ajustes por retirada: Cuando se retiran fondos, la venta de algunos de los activos sobreponderados puede ayudar a reducir su peso en la cartera y a garantizar el cumplimiento de la asignación deseada.
Ajustes por retirada.
Para aquellos que buscan un enfoque sin intervención, los robo-asesores ofrecen una solución conveniente. Estas plataformas automatizadas construyen y gestionan carteras diversificadas en función de sus objetivos financieros y su tolerancia al riesgo. Los roboasesores ofrecen a los inversores acceso a carteras de inversión bien diversificadas, reequilibrio y otras funciones, como la recuperación de pérdidas fiscales, con comisiones de gestión bajas o nulas.
El reequilibrio de carteras conlleva costes, incluidas las comisiones de negociación y los posibles impuestos sobre las plusvalías. Por eso es importante evaluar la relación coste-beneficio antes de proceder. Si los costes superan a los beneficios, puede tener sentido reequilibrar sólo algunas posiciones o incluso omitir por completo el reequilibrio.
El reequilibrio de las carteras puede ser más costoso que los costes.
En esencia, el reequilibrio es una estrategia proactiva para mantener la estabilidad financiera y optimizar la rentabilidad. Al reequilibrar periódicamente su cartera, puede mitigar el riesgo, aprovechar las oportunidades y mantener el rumbo hacia sus objetivos de inversión. Tanto si prefiere un enfoque práctico como automatizado, encontrar la estrategia de reequilibrio adecuada le garantizará una buena salud financiera a largo plazo.